¡RECOMENDACIÓN CEC SERIES - AMPLIA RESEÑA!
Si ayer volvíamos a hablar de lo desagradables e incompletas que nos resultan las series de producción británica como THE END OF THE F***ING WORLD, hoy estamos entusiasmados de poder repetir que, en la isla de al lado, sienten devoción por el jardín secreto y lúgubre de cada ser humano...
Ya nos llevamos una grata sorpresa con THE FALL (LA CAZA) en su día, y de nuevo nos abandonamos al entusiasmo con esta nueva serie que podemos disfrutar en Starz Play España. Y aunque nuestro admirado Larry David siempre nos prevenga de que debemos controlarlo, DUBLIN MURDERS (ficha informativa de CEC Series aquí) nos suscita una simpatía por lo irlandés y su retorcida exploración de nuestras sombras.
Una investigación, varios cabos sueltos y otros tantos personajes con unos pasados escondidos, en una historia que se complica a medida que se suceden los capítulos, y en la que van floreciendo nuevas preguntas y personajes a la par. Como en la vida misma, nada es lo que parece, con su reverso, con la cara oculta de la moneda, con lo mucho que se calla a pesar de lo demasiado que se dice.
Omisión, mentira, crueldad despiadada y traumas no expresados que alimentan al oscuro pasajero que habita dentro de cada uno de nosotros conforman el universo de DUBLIN MURDERS. Las cloacas están preparadas para recibir los desechos de un pueblo que creía haber enterrado el pasado bajo el silencioso manto de la cotidianedad, hasta que lo extraordinario derriba la puerta carcomida por el tiempo a aldabonazo limpio e impío...
Estamos en 2006. Todo empieza con el hallazgo del cuerpo sin vida Katie D, una niña de 13 años hija de Jonathan y Margaret, en medio del bosque y sobre una piedra parecida a un altar.
Los inspectores Rob Reilly y Cassandra Maddox se encargan de investigar la extraña muerte, y eso les lleva directamente al año 1985 cuando otros 3 niños desaparecieron en el mismo bosque, en ese mismo lugar. Sólo uno de los tres volvió: Adam. El padre y la madre de Katie aparecen misteriosamente en la historia del 85. ¿Cazador cazado? No se sabe, pero un pueblo es un pueblo y su pasado le persigue... Los padres de Adam tuvieron que llevarlo lejos. El odio, la crueldad y la desesperación de aquellos ignorantes que prefieren la violencia y el acoso a la aceptación de la realidad precipitaron la desaparición voluntaria del pequeño Adam.
En paralelo se nos van descubriendo las complejas personalidades de los inspectores al mando. Rob tiene una vida digna de ser enmarcada: en su hogar aparece una mujer que de entrada no sabemos si es su pareja, ya que la relación que mantienen es extrañamente fría, con bochornosos arrebatos pasionales puntuales. La mezcla de odio y deseo es muestra de la confusión de líneas psicológicas y de la pesadez que Rob acarrea en su mochila vital. Todo es lo que no es. Los sentimientos son y no son a la vez, y todo se intoxica de un quiero y no quiero. Los caprichos de la carne se vuelven dolorosos y reclaman la ofrenda en sacrifico que Rob les concede de vez en cuando. Los caprichos del alma, en cambio, no pueden ser satisfechos, sólo confundidos por la llama(ra)da anterior. Pensando que alimentamos a unos, afamamos a otros.
Cassandra, en cambio, aunque huérfana de ambos padres, aparenta total normalidad. Sin embargo, ya adentrados en la primera temporada, vemos que no es oro todo lo que reluce. Pues eso, como la vida misma... y no podemos profundizar en más detalles para no revelar parte importante de su trama.
Todos los personajes están lastrados por lo que venimos reivindicando desde siempre: la falta de atención, la carencia de amor y en lo que todo ello deriva: la psicopatía, la degeneración, el vicio, el abuso, el sadismo o sus reversos, pero nunca en la medida exacta y justa de mediación entre ambos. En definitiva, el desequilibrio de las personas, siempre provocado por aquello que hacen de nosotros aquellos que nos engendran, la sociedad que nos educa y "normaliza", y el insalvable trabajo de toda una vida. Ese que dicen que nos dignifica.
Si somos valientes, la acumulación de tantas hipotecas vitales nos acabará llevando a desprendernos de todas las etiquetas que no nos hacen justicia para ser más nosotros mismos, más libres. Y no funcionar como presas de un conjunto de automatismos que responden a esa clasificación externa. Los "chips" que nos inoculan desde niños, que integramos y llegamos a confundir con nosotros mismos son parte del proceso de esclavitud al que vemos sometidos a estos personajes.
Lo realmente interesante es ver cómo los tullidos emocionales con el imperio de sus necesidades a flor de piel engarzan sus respectivas relaciones, y cómo logran construir puentes de amor verdadero entre ellos con el abismal agujero de la carencia bajo sus pies. La comunicación y la honestidad son las verdaderas piedras angulares del artificio de ingenieria y la fragilidad de dichos puentes será puesta de manifiesto en cuanto se traspasen y mezclen conceptos y los pilares fundamentales sobre los que se asientan se vean derribados.
DUBLIN MURDERS puede ser mucho más que un simple thriller que dependerá del color del cristal con el que se mira. Quien busque pasar el rato hallará respuesta a su demanda, pero el espectador que desee escarbar las infinitudes del alma humana no se verá decepcionado. Todo está al alcance de la mano de cualquiera: tan sólo basta con ambicionar, sin pecar de ambición, para obtener aquello que se busca.
