¿Cómo encarar el crepúsculo de la vida?
¿Quién es el que puede decir que "Marianico el Corto" no le suena de nada? Las nuevas generaciones quizás, pero para los que ya peínamos canas, y algunos más que otros, el personaje al que dio vida Miguel Angel Tirado forma parte de una infancia lejana que parece no haber existido nunca.
Con nostalgia nos ponemos delante del televisor asombrados de lo mucho y tan rápido que ha envejecido este hombre que ya a penas reconocemos. El tiempo pasa para todos, y para nosotros también.
"El último show" se abre paso adentrándose en la persona de Miguel Angel Tirado más allá de su personaje. Un buen día, mira a su alrededor y descubre que su humor está descatalogado, que es un señor mayor y que sus otrora seguidoras se han convertido en adorables ancianitas. Las groupies, su manager, su exmujer, su hija y ahora su nieta también han madurado.
Crítica de la serie EL ÚLTIMO SHOW HBO España - CEC SERIES
La educación parece haber retrocedido ¿O es, quizás, que se ha quedado anclada en una manera de hacer pasada que ya no funciona en el presente? El profesorado infantiliza a los niños y se han disuelto las marcas de respeto que separan a las generaciones.
Los programas están al acecho del escándalo porque todo está a la venta, porque ya nada tiene valor. Se demanda mayor rapidez saltando de un tema a otro sin profundizar en ninguno y la publicidad de un show convierte al que lo promociona en show él mismo. La desmitificación ha llegado tan adentro que las personas han perdido la ética y el respeto. El actor se confunde con el personaje desdibujando los frágiles límites de la intimidad personal. Nadie es ya uno mismo y todos visten ropas ajenas pero ninguno sabe de quién.
Las nuevas oportunidades que brinda el mundo globalizado obligan a dejar atrás a la familia en razón de esta misma. La revolución sexual y la protesta contra el patriarcado deja tras de sí una marea de mujeres con las inasumible responsabilidad de dos. ¿Quién nos vendió la familia como institución infalible? ¿Quién acarrea con las consecuencias?
El ocaso llega cuando uno se da cuenta de que todo le es ajeno. No hay más razones de seguir en el ruedo ni ganas de participar en el inmenso teatro que se ha vuelto la vida ¿O es que siempre ha sido así pero la edad va pesando y va quitándole importancia a todo aquello que en su día la tuvo?
No podemos estar más en consonancia con Marianico. Sentimos cada suspiro de Miguel Angel como propio y un extraño pesar nos invade. El tiempo pasa y aquellos años de alegre infancia, adolescencia desorientada y emancipación subyugada no volverán. A cambio, nos descubrimos, como Mariano, más libres, más nosotros porque lo único que importa va ganando en aplomo y todo lo superfluo se pierde en la ventisca de los años. Las canas, los kilos, las firmezas marchitas no hacen más que envalentonar y enaltecer aquello por lo que siempre hemos apostado: nuestro propio yo.
"El último show" no es el nuestro pero es quizás el de Marianico. Una serie tierna y dolorosa sobre la aceptación del paso del tiempo, el reencuentro paradójico con el niño que llevamos dentro y hemos perdido de camino a la supuesta madurez, la misma que nos aleja de nuestras esencias, la misma que nos ha eclipsado y llevado a comportarnos como un cualquiera y la misma que termina muriendo con el paso de lo sobrante. Trazamos el sentido inverso del que nos han impuesto, después de haber desplegado toda la belleza que nos ha perdido volvemos al estado inicial de crisálida, replegados en nostros mismos para no perder un ápice de aquello que nos llevaremos a la tumba.
Una serie divina que toca en profundidad aquellos puntos que, tarde o temprano, todos tenemos que afrontar. Quizás no sea un producto para HBO, como ya dijimos, pero no le quita ni un apículo a la planta en florecimiento. Las actuaciones no son sobresalientes pero ¿qué más da cuando el mensaje es tan importante?
