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"Love, Victor" se estrenó en HULU el 17 de junio de 2020. 10 EPISODIOS que comenzaron a filmarse en Agosto 2019 en Los Ángeles.
La serie se centra en Víctor (Michael Cimino) de 16 años, un nuevo estudiante texano en la escuela secundaria "Creekwood High School". De tercera generación latina en EEUU, Víctor no sólo se siente ajeno a las costumbres familiares que conjugan la América latina con la América profunda sino que, en plena adolescencia, su interés sexual se ver bifurcado entre la bella Mia Brooks (Rachel Naomi Hilson) y el apuesto Benji (George Sear).
A Víctor se le abre un mundo de oportunidades para explorar y conocer su verdadera identidad. Alejado de los estigmas y etiquetas que dejó en Texas, sin embargo, no cuenta con los obstáculos que siempre se acarrean consigo mismo sin que importe el lugar del mundo donde se vaya.
Con una hermana Pilar (Isabella Ferreira) iniciándose en la edad del pavo y un hermano pequeño Adrian (Mateo Fernandez), Víctor tendrá que asumir el rol de primogénito. Encabezando la familia Salazar tenemos a Armando (James Martinez) e Isabel (Ana Ortiz) de los que iremos descubriendo al mismo ritmo que lo hacen sus hijos, la historia que realmente los ha obligado a mudarse a 1600 km de casa.
Crítica de la serie Love, victor: cec series
Cuando Víctor se siente confundido o sobrepasado por las emociones, aparece la figura de Simon al que van dirigidos sus escritos más íntimos. Simon es el protagonista de la película sobre la que se inspira esta serie, "Love, Simon" cuya figura hace aparición para reconfortar a todos los espectadores y recordarles que esto es una prolongación del mismo universo de Simon.
Y lo cierto es que el recurso voz en off funciona para expresar los temas fundamentales que cimientan y motivan la producción: la sexualidad, la orientación de la misma, la confusión adolescente, la aceptación y las expectativas familiares, la comprensión parental que puede, o no, haber, el choque generacional y cultural, el valor de la amistad y el de las apariencias. Asimismo es una serie que toca directamente la institución familiar con todos los bagajes que nos llevamos puestos y que pueden condicionar nuestra identidad real.
Todos los personajes se verán confrontados a situaciones familiares cubriendo un amplio espectro de probabilidades en las que el público objetivo puede verse reflejado.
La sexualidad se trata ampliamente viéndose representada por el elenco de caracteres que conforman "Love Victor".
Una serie cuyo objetivo está claro: educar a la audiencia y servir de guía a los adolescentes y sólo por eso ya debe de ser tomada en serio. No hemos encontrado ninguna escena fortuita ni gratis sino que todas ayudan a edificar las situaciones con las que la audiencia puede sentirse identificada. Otro "Mee too" que servirá de soporte a aquellos que anden más cojos.
"Love, Victor" es acertada para la juventud por las razones que hemos expuesto pero no está desprovista de interés para los adultos. La constante introspección de Victor tiende una mano para poder entrar en el mundo de este personaje y, por extensión, al de sus propios hijos. En boca de Victor y como portavoz, la ficción deja clara su voluntad de educar y de echar un cable tanto a pequeños como a mayores para fomentar la comunicación y exhortar al diálogo.
Con mucha naturalidad, se expone que a algunos chicos les gustan las chicas, a otros los chicos y, a los más afortunados, les gustan los dos y todo es una opción válida y corriente.
"Love, Victor" sabe elegir los tempos dejando patente el abismo generacional que distancia a los miembros de una misma familia. Los paradigmas sociales cambian con un mismo resultado común: la incomprensión de los mayores y su confusión por no reconocer una sociedad en constante transformación. Por otro lado la confusión de los jóvenes por tener precisamente unos referentes (esos mismos mayores) en choque con las vivencias del presente.
El grado de desconcierto es total cuando la generación intermedia tiene un pie en el pasado y otro en el futuro pero nunca llegando a esta plenamente en la actualidad del momento. Asimismo los referentes culturales varían y los que existieron en un pasado, terminan por desaparecer dejando un sentimiento de orfandad a toda una generación y quizás a las 2 siguientes.
Quizás las tesituras urdidas por "Love, Victor" partan de clichés, no ofrezcan nada que no hayamos visto antes y por ello se pueda penalizar el resultado global final pero las intenciones son las buenas y reiteramos, ninguna escena está porque sí sino que obedece a una razón de fondo bienintencionada.
Siendo tan buena la estructura y estando tan finamente calculada la ubicación de sus piezas, sólo nos queda aplaudir una serie que en pleno siglo 21 no debería existir sino que lo que en ella se plasma debería confeccionar el entramado social actual y no ser ya objeto de debate o de educación para la ciudadanía.
Este es uno de los temas que, a estas alturas, deberían haberse normalizado ya y aceptado pero lo cierto es que si tanto nos lo meten con calzador será que todavía hay focos de resistencia. Pues habrá que seguir reivindicando la normalización en terreno sexual. Parece mentira que se quiera promocionar el turismo espacial y todavía estemos luchando en tierra firma por algo tan natural como puede ser la inclinación sexual.
